Las heteras en la Antigua Grecia by Catalina Aparicio Villalonga

Las heteras en la Antigua Grecia by Catalina Aparicio Villalonga

autor:Catalina Aparicio Villalonga
La lengua: eng
Format: epub
editor: Ménades Editorial
publicado: 2019-03-21T00:00:00+00:00


favor,

por su acto de 'compañerismo' el nombre de compañera

le es asignado. Y tú ahora, según dices,

no de una puta, sino de una 'compañera' resulta

que te has enamorado. ¿Acaso es verdaderamente

una mujer tan libre de doblez?

Sin duda una dama, por Zeus. 245

De todos los versos recitados por Mírtilo se pueden inferir diversas cuestiones interesantes: que la hetera posee una cuidada educación; que hay heteras que no son extranjeras, de aquí el calificativo de ciudadana; y el interés por distinguir la hetera de la prostituta.

Mírtilo, el personaje al que Ateneo le adjudica la tarea de defender a las heteras frente al filósofo cínico Cinulco, nos habla también de heteras concretas, de las más famosas 'compañeras' establecidas en Atenas.

5.2.1 Gnatena

Mírtilo habla de la formación de Gnatena, y explica cómo sus conocimientos le permitieron escribir una regla de trescientos veintitrés versos; según su propio relato:

Gnatena poseía muy buen gusto y no estaba falta de talento al expresar su opinión con franqueza. Ella precisamente había compilado una regla para compartir la mesa, emulando a los filósofos que han compuesto reglas semejantes, cuyo cumplimiento debían seguir los amantes que entraran en su casa y en la de su hija. 246

Parece obvio que la comparación con los filósofos alude al género textual y no al contenido, pues si bien fue propio de filósofos escribir reglas, no parece haber sido motivo de su interés la urbanidad que requieren los comensales en el momento de compartir ágapes. Sin embargo, necesario es poner nuestra atención en el conocimiento que Gnatena posee sobre un tipo de género textual propio de los amantes de la sabiduría, lo cual demuestra: primero, que sabía leer y escribir; segundo, que había leído reglas filosóficas que le sirvieron de modelo para escribir la suya. Parece evidente que la mujer debía estar habituada a las prescripciones de conducta filosóficas para poder idear y escribir su manual de la buena educación en la mesa.

De Gnatena, Mírtilo expone numerosas respuestas 247, que habrían sido registradas por Linceo 248, y que muestran una desenvoltura y facilidad de palabra impropia de una mujer. Sus contestaciones rápidas e incisivas ponen de manifiesto, por un lado, su inteligencia; por otro, una formación de la que carecía la mujer común. Gnatena incluso es capaz de contestar mediante una cita poética perteneciente a una tragedia —de autor desconocido, aunque pudiera ser de Sófocles—; así lo cuenta el personaje de Ateneo:

Andrónico, el actor trágico, después de un certamen, en el que había obtenido éxito con Los epígonos, tenía intención de celebrar una fiesta en su casa y su esclavo exigió a Gnatena que pagara los gastos por adelantado, a lo cual replicó ella: 'Maldito esclavo, ¡qué palabras has mentado!'. 249

5.2.2 Laide

Laide da similares muestras de formación cuando se atreve a increpar al mismísimo Eurípides citándole sus versos:

Dicen que una vez Laide, la corintia,

al ver a Eurípides en un jardín,

con su tablilla y estilo colgando,

le dijo: 'Respóndeme, poeta,

¿qué quieres decir cuando escribes en una tragedia

“¡vete en mala hora, cometedor de acciones vergonzosas!”' 250

y Eurípides, sorprendido

por el atrevimiento



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